La posibilidad de ocular la identidad bajo las máscaras favoreció también robos, acosos y delitos, lo que llevo a la Serenísima a limitar su uso. En el siglo XIV, por ejemplo, se decretó la prohibición de circular por Venecia con máscaras y disfraces de carnaval por la noche. Con la caída de la Serenísima en 1797, Napoleón prohibió los disfraces de Carnaval, con la excepción de las fiestas privadas en los palacios venecianos y el Ballo della Cavalchina en la Fenice.
El Vuelo del Ángel es uno de los eventos más icónicos del Carnaval de Venecia. En una abarrotada Plaza San Marcos, se puede ver como un "ángel" se desliza en un vuelo ágil, sujeta a un cable metálico, desde el Campanario de San Marcos hasta el centro de la plaza. Se llama el vuelo del ángel, porque tradicionalmente la persona encargada de hacer el espectáculo se vestía con un impresionante traje de color blanco. Actualmente se utilizan vestidos extravagantes y de múltiples colores y temáticas (la mayoría de veces con alas).
Los trajes que se ponen son característicos del siglo XVIII veneciano. Abundan las maschera nobile y maschera del galeone, una careta blanca con ropaje de seda negra o de colores oscuros y sombrero de tres puntas. Después de 1972 se han ido sumando otros colores a los trajes, aunque las máscaras siguen siendo en su mayoría blancas, plateadas y doradas. Los trajes tradicionales venecianos y máscaras caracterizan la esencia más genuina del carnaval de Venecia. Los locales exhiben con orgullo sus atuendos típicos, muchos de los cuales han sido transmitidos y conservados de generación en generación. Estos trajes no solo poseen un gran valor económico, sino también un profundo significado sentimental para quienes los portan.
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